Y cuando tú no estas a mi lado
Voy de manos frías.
Con las sombras más oscuras
Ceñidas a mi de cabeza a pies...
Sumergida en hoyos negros,
Y apocalípticas cárceles
Que devoran mis ojos.
Y llamo tu nombre,
Lo llamo a gritos
A toda hora,
Más no sé dónde estás...
Es tanto el desespero,
Tanta mi pasión por encontrarte,
Que ya no sé
Que gritar al vacío.
Ya no atino nada,
Más que pedirle al viento
Me traiga al menos
Un soplo de tu respiración.
Porque tu nombre vida mía,
Es mi vida misma.
Y mí muerte es mi latir,
Mi agua,
Mi alimento,
Mi día,
Mi noche,
Y mí todo.
Porque tu nombre,
Tu nombre aquí en mi pecho
Eres tú.
La apoteosis que me mueve
Y me inpulsa a seguir.