No hay silencio más desolado:
que el dado por la persona amada,
manteniendo los sentimientos callados
y el alma llorando muy apenada.
Si el amor fuera un pecado,
pecador yo me declaro,
porque de amar yo no he dejado:
aunque mi amor aveces sea despreciado.
Aunque pecador, te seguiré amando;
es algo que no lo puedo detener,
aunque de mí te hayas apartado,
yo por siempre te voy a querer.
No me odies por lo que escribo,
es algo que nace de mi corazón,
no es nada pre-concebido:
sino solo una clara y pura pasión.