He aprendido a increparme,
día a día,
minuto a minuto,
sobre mi presciencia, sobre tu ausencia.
Contemplo como una vana memoria,
lo que fue tu amor,
lo que hallé en este vacio.
No puedo descifrar ya mi mente,
no puedo entender su deseo.
A veces, cuando entristecía
solía acompañarme silenciosa .
Ahora , solo existo yo,
yo con deseos vanos.
He aprendido a increparme
a ofrecerme quizá pequeñas promesas
promesas que no cumplo
no cumplo a mi misma
no cumplo a mi ausencia .
Me increpo , por ti, por mi, por nosotros
por mi presciencia.
Por el espacio infinito ,
entre mi alma y mi corazón.
Solo existo lenta y calladamente a tu lado,
estoica, diminuta,
presa de espanto.
Olvidando quizá mi existencia ,
He aprendido a increparme
el hecho de presenciar como me voy
como te vas.