Lolaila

La tormenta.

La tormenta acude silenciosa al llamado,
de esta tristeza que abraza las ausencias,
doliente.
Nubes negras azotan las heridas de un corazón
moribundo,
Y en la espesura de la noche, las sombras se hacen eco,
de la perdida.
Esa que duele,
la que escuece en cada grieta,
grietas hechas con palabras
que como dagas, rompían,
en mil pedazos,
el azul de un cielo limpio,
el velo de la inocencia.
Y desnudo ante los ojos,
la verdad de tu misterio.
Tan pobre..
El alma grita su llanto,
impotente.