Un halago sincero, una palabra sincera
Un te quiero mi nena, convertido en deseo;
Esa voz tan certera, un detalle sin miedo,
Un suspiro, un anhelo, excitante quimera;
Un sentirse en el cielo, al mirar esa entrega,
Invisible nobleza, de gentil caballero;
No caída, vilezas, no ese afán traicionero,
Sino un fin verdadero transmutado en estrella;
Yo envío saludos, fraternales abrazos,
La ternura del caso, ocultando el apuro;
No cuestiono ni dudo, que estoy bien en sus manos;
Emociones, fracasos, muchos temas conjugo,
Muy seguro, no dudo, siempre estoy a su lado,
Mis palabras y halagos, mis afanes son puros…