Como quilla que abre el lomo de la ola
El filo homicida cercena el sueño,
Deja al camino, la idea, sin dueño,
Huérfana de futuro, hablando sola.
Sin fuego para arder en la farola
Mudo y vago es el crepitar del leño,
Atizar brasas de un sueño pequeño,
Enciende mil fuegos de fumarola.
Germina en el rostro un cálido ¡sí!,
Habita el pecho izquierdo, sin abrojos,
Condena con grilletes alelí.
Bruñe claros espejos de los ojos,
¿Piden aire las alas colibrí?
¡Sí!, piden las tormentas por manojos.