Cuesta creer que la
voz tanto tiempo
aprisionáda, fluya
sin ira como una verdad
antigua y calmada.
No salen de tus labios
invocaciónes ni
blasfemias, ni gritos de
rencor, solo la pasión domada.
Ignoro tu obra pero te admiro
en tu soledad compartida
no más hierro ni lunas oprimidas
muéstrame tus ocultas heridas.
Sé que en el cautiverio,
te flaqueáron las fuerzas hermano,
marinero de desiertos y en mar
de vagas ambiciones, naúfrago.