Las infamias NO pasarán
defenderse de las infamias sedientas,
atrincherándose en rutinarias definidas alegrías,
miserable efecto de extravíos inmisericordes,
escandalosos acusadores, ciegos a sus vigas,
insensibles defensores de las oscuranas,
miel del odio y espasmo de pesadillas,
diagnosticantes pobres, desde sus lacras,
confabulados en su bandera de rayos,
canallas retoricas, de supuestas melancolías,
espectros de las endemias mortales,
perpetuadores, penetradores de los destinos,
atizadores de fuegos suicidas, homicidas…
despedazadores de esperanza y sueños,
mutiladores de alegrías, atareados agobiantes,
precursores percutores oportunistas proxenetas,
de la certeza, entre simuladas severidades,
ni la ingenuidad de los santos,
ni la firmeza de las ruindades,
puede detener la horda de las defensas,
estará la serena verdad flotando,
aunque sea sobre una hoja seca,
yendo adrede por entre las piedras,
cabalgando sobre las risas de las olas…