La belleza que se afea en las finales,
para otro el monumento a la bandera,
qué pena, qué penalty, qué penales
que castigo, qué década, qué espera.
No te vayas, o sí, ya da lo mismo
ni la mano de dios ni barrilete
cósmico, la canción del heroísmo
fue una vez y un replay y un dale y mete.
A llorar al campito o al banquillo
del met life que te presenta a la parca
y que Sacheri escriba el estribillo.
Y ya no sé ni quiero, tanto abarca
la caida del genio y del caudillo,
otra chance, ni otro juicio ni otra marca.