Ayer de tarde abrió la flor del loto
hablar con perspicacia parecía,
sentí con su versar un maremoto
y volvióse un violín el alma mía.
Bien pude encuadernar mi libro roto
con estambres de mágica ambrosía
al tiempo que miraba un elfo ignoto
en las notas de bella melodía.
¿Serán valses presentes o postreros?
¿Quién sabe si es verdad o si es quimera
cual fábula que duerme por la noche?
¡Oh, quédense conmigo los voceros
ya sea muy antigua su lumbrera
o el nuncio de mover moderno coche!