El alma surca el cielo, de forma solitaria,
en busca de los sueños de paz y libertad,
observa las cadenas de estirpe sanguinaria
que dominan los pueblos con intensa maldad.
Se para en el mas alto ciprés de la montaña ,
contempla el horizonte buscando redención,
y mira con angustia la cruel y dura saña
de tiranos malditos que los ciega ambición!
Y contempla tan tristes los famélicos niños,
en cuyos ojos mira las huellas del, dolor,
el pan les hace falta, les faltan los cariños
de las almas piadosas, que les brinden amor.
De coraje se llena, se lamenta impotente,
al mirar los destrozos de nefasta impiedad,
y le causa mas rabia lo que dice el \"creyente,\"
que predica engañando, que es de Dios voluntad!
Entonces aletea, llenando sus pulmones
y gritando con fuerza se levanta su voz,
dirige su mirada por todos los rincones
y exclama preguntando: Por donde encuentro a Dios
Les dice aquellos pueblos que sufren explotados:
Unamos nuestras fuerzas para poder vencer,
ayuda no esperemos de dioses inventados,
confiemos a nosotros el nuevo amanecer!!
Autor: Aníbal Rodríguez.