Silueta a lo lejos, cantar de los trines
Amplio horizonte blanco,
Luz que destella de los cielos,
Una tarde, tan solo una tarde,
Que se cuela a través de los dedos.
Paso constante,
Canción delirante,
Hoja de llano en mi palma,
Busco en mi vida tu morada,
Que llega sutilmente a través de las horas.
Horas, horas amigas,
Dulces que se disparan anhelantes,
Fracciones de una vida,
Minutos, segundos de espera,
Que me retienen de tu llegada,
Aquella rápida y tarda,
Aquella que me envuelve en su aire,
Me levanta por los cielos
Y adormece mis sentidos.
Sentir, para que sentir más,
Luego de una vida de sentimientos…
Sólo la nada sentir,
Sólo un hueco en el pecho,
Regalándome un respiro,
Una nueva vida de olvido.
Y ahora hora,
¿Llegaras frente a mi ventana?,
Ocultaras tu tic-tac detrás de mi reloj de mesa,
Deteniendo su paso,
Llevándote los segundos,
Retrocediendo el tiempo.
Me merodeas hora querida,
Cuentas mis segundos disfrutando cada uno de sus olvidos,
Transformas mi presente en pasado y me avientas al futuro
Aquel cercano a tu sempiterno minutero…
Tic-tac…
Tic-tac…
Y ya ha llegado mi hora.