Los extraños ecos de sus labios
eran a modo de incoherencia
la danza desmotivadora
de la muerte...
el talismán...
siniestro de lo antiguo,
el vacío que se desangra
en mil razones...
la dicha...
desvestida de impericia,
en el decamerón...
desamparado de su ausencia,
mas si lo buscas... y no lo encuentras,
la catarsis de su entrega...
apenas era...
el obituario desmitificado
de lo eterno.