En una gota de sufrimiento nació la esperanza,
tu lucias cansada pero para nada la fe perdiste;
caminamos y caminamos buscando la bonanza,
nuestra historia jamás terminaría en algo triste.
Así vino el primer de nuestros pequeños hijos,
una luz divina que ahuyentaba toda oscuridad;
se confirmo la compañía de otro en el camino:
eran dos faroles que nos guiaban do la maldad.
A los años se sumaron canas y la barba blanca,
a la simpleza la experiencia de vivir aventuras,
al trabajo la complicidad de una esposa franca,
al orgullo de padre el honor de criar con altura.
Que privilegio es poder ser parte de la cración
creando de igual manera como lo hace el Señor;
para eso venimos a este mundo de tanta acción:
sumar la perla nueva a esto que bendito otorgó.