Fluyendo lentamente, dejando vagar
el destino fortuito,alcanzamos, de
alguna manera, el placer gratuito de
amar a una luna inquieta.
Y sobre aguas trágicas, fluyendo sin
avisar, pude acariciar tus laderas mágicas
y labios de cera; sin que, tan cerca,
pudieras notar que conmigo no debías
estar en la oscuridad...