siguió lloviendo y ella sufriendo
Mientras meditaba todo la veían y callaban,
Entre susurro y lagrimas
Alguien se acercó y solo la miraba
Siguió observando se agacho y le dio la mano
Limpio sus lagrima, y sano
Su herida y converso con ella
Hasta que desapareció
En una noche de luna llena.
El tiempo siguió pasando
Y ella siguió meditando,
Entre susurro siguió llorando
Y apareció el hombre misterioso
Su ser era hermoso,
Indescriptible, le dio la mano y la vio
A los ojos, sonrió, ella enmudeció y callo
Cuando los busco no lo hallo.
Sus pensamientos volaron libremente
Y se preguntó si su mente
Le estaba jugando una broma,
Cada vez que lloraba el cielo se entristecía,
El aire enmudecía, el sol brillaba menos,
Y siempre aparecía de nuevo a darme
La mano el hombre misterioso
Y me sonreía mientras me miraba,
ella hipnotizada por su sonrisa,
Su presencia era refrescante
Como la brisa, sus labios
Como el carmesí, era radiante, era
Perfecto sin defecto.
Poco después de verlos tres veces,
Pude darme cuenta que no era humano,
radiaban luz de sus manos
Sus ojos expresaban amor, seguridad,
Sus ropas más blancas que la nieve,
Era de esperarse de que se tratara de
Un ser divino un ángel que me visitaba
Cuando mi vida estaba destrozada,
Cuando me sentía súper triste con la vida
el venia y me sonreía y eso me devolvía
La alegría la gana de vivir de seguir
Luchando en este camino ardo.
Hasta el día de hoy, no he vuelto a estar triste,
Pero si algún día vuelvo estarlo no me preocuparía
Sé que mi amado ángel estará listo
Para visitarme de nuevo y asi podre admirar,
Su sonrisa que refresca como la brisa.
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Managua Nicaragua
Autor Clark anderson