¡Amor mío! ya no me pregunto ¿dónde estás?
Me hastié de mirar la nada, sin nada que ver.
Ya no espero no sé que cosa, sin hoy sin ayer.
Esos días por siempre jamás, jamás volverán.
Ya no seré racimos de capullos al viento
marchitos por la zozobra de esa larga espera.
Ni seré hiedra sin tapial buscando donde adhiera.
Ni hierba abandonada en surco de descuidado huerto.
Ya no soy vano yuyo que crece en la capuera
bajo amenaza azarosa del que viene a segar.
Ni desteñido lucero a punto de agonizar.
ni amor infecto de soledad que el fin espera.
¡Amor! ¡Ya no soy áspero sueños de animal
hambriento! mojado por impiadosa tempestad.
Ni deshuesado muerto de vieja soledad.
Ni alma deambulando por lejano arrabal.
¡No, ya no soy esa! ¡Ni todo lo que he sido!
Esas horas impiadosas jamás volverán.
Ya nada espero, ni milagros que nunca serán.
Yo soñé, soñé con tu amor y al sueño he vencido.
Voy por los sueños largos, voy para amalgamar
la vida y el amor, exquisiteces de placer,
destilar primaveras y dulce licores beber.
Voy por ti, por mí, y así el corazón serenar.
¡Voy por ti... por mí... por los besos
y mis largos sueños!
Me fui a ser feliz. Volaré y volaré
hasta ti llegaré.
Nelly h
06/09/16
Argentina