Leandro

Matanzas

Calles viejas de matanza,

Venecia cubana,

Tus venas blancas,

¡Qué vida, que alma

Que sangre tan brava!

Incubas en tus muros,

En tus adobes dormidos,

Que guardan el tiempo,

Que guardan el llanto

Y la poesía inconfundida,

La clara palabra mortal,

El canto eterno,

Y el llanto de madres

Sobre solitarias cornisas.

Gente que nace,

Que vive simplemente,

Piel morena en tus manos,

Y en tus caderas

La sordez de impenitente,

Y el mustio encanto

De las calles ardientes

Desembocando en las avenidas

Que acarician las riveras celestes

 

Viejos carros

Llenos de vital sonrisa

Colores alados

Rodajas de historia

Congeladas en el tiempo

En recuerdos mendigos

Que dan vida a los ciegos

En la soledad de una calle,

Bajo el sol que adormece.

 

Celeste azul estampado

Sobre la verde sabana,

Y la tierra caliente,

Cuidad de los puentes

De cultura vieja,

Escrita en poemas,

Con tinta de sangre,

Con tinta de sueños,

Y con cantos del alba

Al caribe turquesa,

Entre las tierras

Y las aguas tibias.

 

No te conozco,

Ni conozco tu danzón,

Que suave como las olas

Amarra el cuerpo

A la música.

No conozco tus caminos,

Ni tus secretos pasados,

Solo se que conviven

En ti la sangre y la carne,

El calor y el llanto.

 

Y por entre las cuencas,

De tus ojos nocheros,

De tus fachadas perdidas,

Por entre caudales

De nostalgia cubana,

Creciendo como la hierba,

Se esparce el chisme

Entre comadres,

Lo que tú tienes

En tu puro vientre

Mujer soberbia,

Que amarras la mente.

Secreto escondido,

Encriptado en vocales

Perdidas entre tus calles,

Mescladas como llanto,

En las aguas de tus ríos,

En tus escritos,

Y en tus poemas,

En sus páginas,

En tus cuentos,

Y en todo

Lo que guarda,

Lo que pensé

Había perdido.

 

Leandro

Derechos Reservados

2016