Me costó tanto liberar mis anhelos en la escritura,
que aún no creo que del todo los haya soltado,
pues alguno se desboca y se extingue amordazado
como si no quisiera epílogo ni sepultura.
Aun así, escribo nebulosas quimeras,
que me acercan a volar jardines de armonía,
en los versos encuentro mejor realidad que en la vida,
por eso escribo, para huir de la monótona rutina,
y que no juzgue nadie si es verdad o mentira,
que nadie me diga que no está de moda la poesía,
pues rústica soy y os digo con cordura
que la poesía nutre, es el plancton de mis días.