He aprendido, la vida dejó lecciones en cada parte de mí...
Ya nada se mira con el mismo lente.
Los tiempos cambian, las inquietudes traen nuevos procesos.
Antes busqué respuestas, ahora no las necesito, no de ti, sino de mí.
La vida es una constante, un ir en bicicleta. No te detengas tanto tiempo o puedes perder el equilibrio.
Paso por paso, no te apresures, que las frutas maduras a la fuerza no saben iguales y no tienen las mismas propiedades. Espera el momento preciso. Si quieres nadar, nada que pronto tomarás profundidades; aun al mar, siendo mar le llega su desierto.
Así que cariño, éste verbo infinitivo de querer, se fundamenta en cuatro puntos: El mío, el mío escondido, el mío contigo, y lo tuyo mío.
¿Puedes entenderme?
Mira, yo ya no quiero lo que quise ayer, ahora quiero la suma del pasado más el presente. Yo no quiero un edificio sin cimientos, ni un carro sin frenos.
Anda, bésame la boca y dime si te sé dulce o amargo.
Porque no puede la piedra ser tan piedra para tirarse al fuego...
Los tiempos cambian, lo que quise ayer, quizá ya no lo quiero.