Al fin hoy yo he visitado,
en sueños el paraíso,
que difícil de explicarlo...
de tan grande lo que he visto.
Hay un cielo reluciente,
trae pequeños nubarrones,
mas son nubes del poniente
con formas de corazones.
Mil un árboles lo adornan
repletos de verdes hojas,
sin lugar para gorgojas
pues las flores a el entornan.
De las bases a sus troncos
y abrigando sus raíces,
desvelan se las superficies
que delatan sus antojos.
Y el río que baña el paisaje
trae fuentes que llegan a él,
mas de pronto emergen en tropel
en pos de inundar el paraje.
Con reflejos verdes y morados,
con malvas, rojos y violetas,
que desvelan mil respuestas
y evocan sentimientos preciados.
En sus ondas resplandecen
y se mezclan color con color;
pues trae formado un corazón
la excelsa figura de dos peces.
Al fondo un blanco empaña,
entre verdes sin relieves;
mas son corazones de nieves
los que inundan la montaña.
Y en medio de este paraíso,
yace una pareja abrazándose,
pretenden el compromiso
que se adquiere al enamorarse.
¡Que preciosa sensación,
que apolíneo paraíso!;
que al corazón torna indiviso, y
LO ATESTA DE ILUSIÓN.
SSM. 07-09-16.