Por mi color de mi piel
me despreciabas,
y vistes tan alegante y bella
que quería llegar a tu hermosura,
hasta en mis sueños lo hacía.
Con tu rechazo creía que nunca sería
que jamás serías mía.
Talvez fueron mis versos
por lo que llegaste a mi,
entonces nos amamos
y hoy eres la reina de mi ser.