Detesto la ausencia de tus besos,
esos besos malditos que nunca fueron para mí,
me atormenta la ausencia que nunca dejo tu presencia,
anhelo los abrazos que nunca me diste y las palabras que jamás mencionaste,
lenta agonía a la que hoy se abandona mi vida.
Detesto y amo tantas cosas de ti,
que se me desordena el alma, se me agrieta el corazón con tu absurda actitud,
me equilibras, me iluminas y en medio de la nada me empujas y
me dejas en un mar de sombras que no me permiten alzar la vista.
Jugamos un juego cargado de todo y a la vez de nada,
me absorbes la razón, eres como una sustancia tóxica que
me tala hasta los huesos y se aferra a mis miedos,
a mi sufrimiento, descubres tantas cosas de mí, mientras yo desconozco todo de ti.