“El tribunal de la sexualidad.”
Acaso puede existir perversidad
en la manera existencialista de filosofar,
acaso el solo hecho de pensar
es de por sí una invitación a pecar,
en un mundo de sexo y paradójica realidad
de la sabiduría y la culta inteligencia
su pureza se puede acaso combinar
con el frenético erotismo y la morbosidad,
es cierto que existe una delgada línea
entre la sensualidad y la vulgaridad
es el eterno dilema en que caemos
y que reconocemos como doble moral,
son sencillamente hipócritas moralismos
de una convencionalista sociedad
y ni siquiera para qué mencionar
los viciosos extremos: lujuria y castidad.
para hacer el amor nos escondemos
ocultamos la belleza del acto sexual
y para cometer acciones de iniquidad
no hay más reparo que la banalidad
Que no te exciten estos mis versos
que no induzcan y te lleven a pensar
que están cargados de voluptuosidad
manía recurrente tal vez en pos de tu intimidad
y finalmente se me ocurre preguntar
a quien se le asignó tan delicada facultad
de decidir qué es pecado y qué no lo es,
es tarea tal vez de un ocioso tribunal.
Por Hermes Varillas Labrador
1387 07/09/2016
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