No habrá carne en el asador
se ha marchado del prado,
existen solo píldora para adelgazar,
no se afecta el licor y la cerveza,
celebramos su rebelión a la escasez,
los pantalones carcomen la mugre
se lavan con los nudos de los dedos
se adolece de algo para despercudirlos,
y afecta la elegancia al desgaire que no se tiene,
los cabellos se tiñen en el moho del tiempo
su regreso al color marcho a lo incierto,
solo queda…que no muera la necesidad
del pobre que le han negado por siempre,
el derecho de aprender su alfabeto
con la única razón: el presupuesto no da,
la economía carcome los bolsillos,
el dignatario viaja en abolengo con la
excusa explícita de ayuda para su nación,
el erario público es privado…no es público,
entonces la razón de niños hambrientos,
del mendigo comiendo carroñas,
hoy comeré un mendrugo de pan aliñado
de ayer…sé que despertara mi apetito,
pero… ¡no más!, dice la madre con un dejo
al niño que llora hambre bebiendo sus lágrimas,
que cuelgan en sus mejillas como el hilo
de desgracia que soporta la pobreza,
no hay hospitales y medicina, inmutables
al presupuesto que araña la nación
hierbas medicinales aplacan la enfermedad
del pobre…
así, se sobrevive en la austeridad.
ROMO – 2016 - COLOMBIA