Para cuando nos llegue el final,
nos habremos roto tanto, nos habremos herido más,
nos habremos envenenado más 23 veces,
habremos llorado el uno por el otro lagunas,
pero sin soltarnos, bien prendidos como carne a los huesos,
necesitándose como la sangre al corazón,
cómo féretro al cadáver, como cadáver al sepulcro,
muriendo el uno por el otro, odiandonos y necesitandonos,
así como luciérnagas en una noche iluminándonos,
besándonos entre comas, párrafos y versos obsoletos,
con los deseos más putrefactos que sanos,
como ángel y demonio disputando en una guerra sin sentido,
amándonos como locos, tan sólo reteniendo los deseos,
para que al soltarlos sean como hojas en vientos huracanados,
con los besos más vivos que muertos mordiéndose los labios,
para cuando nos llegue el final estaremos juntos,
como cáncer al seno, como cirrosis al alcohólico,
como menstruación al cólico,
doliéndonos el uno al otro, y sepultandonos, matandonos...
Corazón Roto