Para mi en Granada ya no hay sombra en la sierra..
ni fuente escondida, ni canta el jilguero.
Solo un tropel de emociones me recuerdan
las horas felices de los días aquellos.
Pero ahora, poco a poco se me va marchando
y mientras se marcha queda su recuerdo.
Al soñar con ella la vida era dulce...
el mundo era bueno y en mis propios
sueños...cada noche me miraba en
sus ojos tristes y en su mar sereno.
Maldita guadaña...Todo se perdió...
nos quisimos mucho..la sigo queriendo.
J.C.