Si los ojos son el espejo del alma,
hoy mi alma es un profundo
mar de lágrimas
donde se ahogan mis sueños.
Tenerte al lado
y sentir con tanta fuerza
esta soledad que me abruma,
es una realidad que cada día
se me hace más difícil soportar
en silencio,
en este frío silencio
en el que mis palabras
no se pronuncian,
el mismo en el que te amo
y me destruyo por dentro.
Mi corazón es un reflejo
de la noche oscura,
oscura como el vacío
que me invade por dentro
y transforma mis versos
en un llanto de ausente eco,
un eco ausente de triste latido
con un tictac lento,
casi pausado y melancólico,
que escribe las últimas voces
jamás urdidas entre mis labios,
estos labios que te anhelan
y te acarician a lo lejos.