Le Bastard

Síntomas perfectos de ti



Cuando las luces se disipan
entra el preámbulo del sueño nocturno,
ya que no queda más que contarse a uno mismo,
y los argumentos que ganarán batallas futuras
que funcionan perfectamente
en el contexto de mi cabeza han cesado,
justo en ese momento imperfecto en todo sentido,
la verdad camina a través de las penumbras de la soledad
dejándose ver como el chorro de agua
que diluye a la tinta más oscura,
sin menor estupor ni delicadeza.

Cuando yazco tumbado con el silencio,
mi acólito perpetuo,
y en secreto de todos hasta de mí mismo
me diagnostico una aguda progresiva
locura y falta de paciencia
síntomas perfectos de ti.

Deambulando con mis recuerdos
como mimo embriagado
y con la dulcísima memoria de ti en la nada
solo y tonto rabioso
invoco la silueta perfecta de tus labios,
esa boquita tan llena de rebeldía
que no le da temor gritar libertad.

Sólo en ese etéreo y utópico momento
te miro con mis ojos quebradizos,
cristalinos, absortos de ti,
como si te tuviera de verdad de frente
bebiéndote con mis ojos desérticos
contemplándote mudo y sordo del mundo
con mi ceño contraído en torpes lapsos
con el sentimiento atorado en mis ojos
como si jamás fuera a verte de nuevo.

(aunque en ese momento ni de chiste estés ahí)

Que ganas de sujetarte fuerte a mi pecho
dejando mis ojos cerrados encogido en ti,
como un adolescente que por primera vez
se funde en el inmortal silencio de un beso,
aferrado a ti como si fueras mi último recuerdo.

¿Qué enfermedad es ésta?
Que frágil mi cordura
que enclenque mi calma,
mastico mis palabras por pedirle a tu Dios
o al Dios de todos los santos
que no deje que el tiempo corra
que le levante una infracción corrupta y lo detenga
que no rompa este encanto
y me diga que esto es real
al menos sólo por esta noche
por favor, por Dios.

Para que pueda acariciar tu boca
con mis palabras que no digo,
para que pueda palpar
el aroma a ti antes que llegue a mi
sobrevolar tu piel
con la yema de mis dedos
de la forma más tierna que conozco
y soliviantar la parvada de aves
que surcan tu pecho.

Para atrapar en una caricia
todo el tiempo del universo
volverlo mío y dártelo todo a ti,
para sentenciar cadena perpetua a tus miedos
que mueran palidecidos por mis besos
encerrados en la jaula de tu dorso,
en su lugar nazcan estrellas de tu ombligo
que supures luz en cada gota de sudor
y un ejército de mariposas transparentes
envistan tu vientre
con la ferocidad de un toro.


Que al menos esta noche
en este trago de añoranza
el reloj no obedezca el tiempo y yo
pueda navegar en tu dulce aliento,
escurrir tus rulos por tu cuello con mi nariz
desnudando tus ojos ante mi
con la delicadeza misma de un artesano,
tus ojitos que son mi conjuro contra la mala jornada.

Con el tiempo en una luz roja de semáforo,
decirte con mi voz ronca de la noche
el abecedario en un orden arbitrario y bruto
en un orden visceral
y tal vez carente de sentido para ti
cosas silvestres en tu oído como:

¡¡Me encantas preciosa!!
¡Déjame rodearte con mis brazos chiquita hermosa!
¡Recuéstate en mi pecho!
¡Muérdeme un labio!
¡Déjame besar y calmar tu vientre!
¡Yo te cuidaré mi amor!
¡Ven, vayámonos a dormir juntos!
¡Hoong hooong!
¡Cuánto te eché de menos!.

(aunque no te haga falta nada de eso,
aunque sobre hasta el último punto)

Que soñador enfermo más cándido,
loco tan tonto más enamorado,
tonto tan enamorado más loco,
loco tonto, solo tan sólo solo,
loco caído en un pozo de nostalgia
tonto enfermo tan novelero
terco y afanoso con tu memoria,
soñando que solamente algo,
una fracción de tiempo,
algo, que algo al menos fuera real
menos el frío de la noche.

¿Ya comprendes el diagnóstico?
¿ya entiendes un poco el cuadro sintomático?
mi hosquedad diaria
es inversamente proporcional
al cuadrado perfecto
del exceso de tu ausencia
y mi poca paciencia,
que en pocas palabras,
son síntomas perfectos de ti.

como bien dijera un poeta:
\"....esto es muy parecido
a estar saliendo de un manicomio,
para entrar a un panteón....\"