Es que es más que un ir y estar.
Y el corazón habla en un vocabulario versátil.
Tus palabras son como hojas secas en verano triste.
Tu voz es como el sonido de la noche que acompaña mucho pero no dice nada. Entonces; hay un qué, un que se transforma en necesidad, en respecto por ti, por mi y por eso que hay.
Y llegas en tardes tristes envueltas de nostalgia y sentimiento, y tratas de andar en mi mundo (cuerpo) como rio claro y sereno, que llega en la turbulencia y vuelves a perderte entre tu hay qué y mi soledad.
Y tu silueta por momentos se convierte en mi compañía, pero vagamente está ahí completa.
No es más que el sentir, es un cuerpo latente lleno de Bohemia y vida.
No es más que un caminar, estrechando dos corazones que hay...