En la blanca pared se destacaba
aquella antigua fotografía,
la veía a diario embelesada
una bella, mostraba sus jóvenes encantos
ella, me miraba con alegría
más yo en mi inocencia
tomar aquellos perritos quería.
Ella, miraba con firmeza
a su niña…que con los años crecía,
más la cría traviesa
dejar de mirar aquellas mascotas no podía.
La bella, sonreía en silencio
vigilaba de cerca mis travesuras,
porque quizá…imaginación y vida
un día unirían sus aventuras
para acariciar el momento,
que sólo existía…en aquella fotografía..