La noche blanda ha caído
Y con el fresco inundado
El campo ancho y dormido,
El vendaval se ha calmado.
La niebla leve adormece
Y el aroma de las flores
Las inquietudes enmudece
Y ahuyenta los dolores.
La luz la luna plateada,
El enigmático lucero,
Con halo tierno adornada,
El sol nocturno de acero.
Y se transforma el ambiente,
Con luz argéntea bañado
Y sana cada cor doliente,
Por las desgracias dañado.