Y caminé y caminé
y no me perdí,
un paso tras otro
sin nada que decir…
En silencio, confundida
en un día que llega a su fin
Y caminé y caminé
y no me perdí…
Los ojos fijos
pestañeaban sin ver,
mis oídos escuchaban
sin nada a que atender,
mis labios susurraban
palabras mudas
que no llegan a ser
Y caminé y caminé
y no me perdí….
Agujetas en las piernas
el dolor me hace bien,
seguiré por el camino
¿quién sabe adónde iré?
Ningún destino fijo
no sé si conocido
o desconocido tal vez,
Y caminé y caminé
y no me perdí…
Como un zombi
que aun siente
seguiré por el camino errante
tragando saliva amarga
que baja por mi garganta,
el corazón bombea
con su frecuencia queda
late y late incansable
sigue mi ritmo indomable
y me dice ¡escúchame!
¡estoy aquí!
Y caminé y caminé
Y no me perdí….
Ni sed ni hambre
aparentemente inmutable,
pero que siente
y padece aunque parezca ausente,
la mente en blanco
pero pensando,
aguaceros del presente
que se oscurecen al negro,
nubarrones pasajeros
enturbian el pensamiento
Y caminé y caminé
y no me perdí….
Cabeza alta
el cuello erguido
postura digna
del que se enfrenta
a una encrucijada
que no tiene sentido
mezclándose en la penumbra
del mísero desvarío….
Y caminé y caminé
y por fin…¡me perdí!....