Como una mariposa que vuela en primavera
su aroma a belleza me llegaba con calor
siendo imposible el no admitir sentirse pudor
porque solo ella me ha desvestido el alma entera.
¿De qué manera describir a esta bandolera
que juega con mis sentidos sin ser yo actor?
La mejor forma, por decir, es tan calador
no quedando de pie palabra alguna siquiera.
Inquietantemente fémina su cintura era;
prueba de que el cielo sí podía ser seductor
pues, cual hombre, me hacía derretir como la cera;
en la Tierra ya nadie pregunta del amor
sino solamente quieren saber de esa vera:
la que me conquistó por cautivarme tu flor.