Desde la Aldea las Flores, en el bello Jocotán
viene un incansable caminante,
lleva en sus venas la sangre Maya Ch\'ortí.
Es Javier el comerciante,
de blanca vestidura y gastado mecapal
en su espalda trae hamacas y petates
y en sus ojos la esperanza de su tierra natal.
Sus pies parecen volar cuando camina
mientras recorre en cada pueblo sus rincones.
El calor y la lluvia no le desaniman,
tampoco la distancia y los bribones.
Es Javier el comerciante,
que desde mis años mozos conocí.
Lissi