Raquelinamor

NO ES UN POEMA, FUE UN SUEÑO

Son las 2.10 de la madrugada, me encuentro en la soledad del aposento y acabo de despertar de un  profundo sueño, despertar como de un tormento,cosa extraña, puedo recordar y trataré de narrarlo mientras me tomo un té de manzanilla.

Soñaba que él estaba junto a mi, ¿Quien? ¡el! ¡si! ese que un día se fue, muy lejos de mi vida, llevándose mis ilusiones y dejándome las penas, ¡Oh! y me besaba de una manera tan profunda como nunca lo había hecho, ¡es más! a él no le gustaban los besos, al menos no le gustaban mis besos. ¡Ah! pero era como si por vez primera, su ser me amara en la quimera.

Era su espíritu mismo, cual  si hubiera venido desde confines remotos, para entregarse intensamente en una despedida, y me tomaba la mano. Pensé: ¿Habrá muerto? y en ese instante temblaba todo mi cuerpo, entonces, encendí la luz, oré a Dios con mi corazón, le pedí que no fuese cierto.

Ahora, mas calmada sigo recordando, hubo una escena donde el hablaba con alguien, pidiendo un dinero en préstamo, !Ay Dios! tan mal estaba,y me dijo que necesitaba con urgencia rentar una habitación para vivir, entonces lo increpé, diciéndo  ¿Acaso aquella mujer te exigía tanto?

Pero, le ofrecí quedarse  en casa, en la habitación que escogiera, sino quería estar a mi lado, y le pedí me permitiera abrasarle por un momento, y así lo hice, el estaba sentado, yo me coloqué de rodillas y lo abracé tan tierna y fuertemente como pude.

Solo recuerdo lo delicioso que fue sentir de nuevo el calor de su cuerpo, un rato largo en silencio, el fundirse nuestras almas, palpitaba mi corazón con fuerza queriendo salirse de mi pecho,y fue cuando al despertar me percaté del fuerte latir de mi corazón, me paré tan pronto como pude, me tomé la pastilla de la tensión,temblaba, sudaba frió, tenia un dolor en la espalda y me asusté.

¡Pensé! estaba a punto de un infarto y no había sido el quien viniera  a despedirse, tal vez, había sido  mi espíritu quien había volado  a buscarle para despedirse de él.

 Pero... ya todo va pasando, me voy calmando, me tomé también, un calmante para los nervios y ya regresa el sueño, iré acostarme de nuevo, a seguir soñando y si la muerte llegase, ¡ni modo!, tendré que irme con ella,
¡Hasta mañana! si Dios quiere.

 

Raquelinamor

Venezuela/2016