Ayer te recordé
sin enterarme por qué.
Abuelo siempre te quise
y...prometí no olvidarte
en esas noches que el arte
de tu ingenio decoroso
eras el mejor esposo
con la complicidad de tu madre.
Bailabas como trompo
en el patio de la escuela
donde aprendí a escribir
la bella palabra ABUELO
ahora como consuelo
lo recuerdo aquí en mi casa.
Pensar que eres el padre
de la que me dió el ser
y yo con tanto querer
la recuerdo como madre.
Se que estarás contando
lo entretenido que eras
dar alegría a la tierra
de alguna u otra manera.
Fuiste el redactor
del diario de tu vida
fuiste el que alegró
las tristezas en las comidas,
fuiste consuelo cierto
de tus hijos apenados.
Nos entretuviste un mundo
con esas manos rugosas
haciendo las mariposas
con la sombra de la vela,
y yo repetía en la escuela
pasando por niño sabio.