Me gusta compararte…
si, leíste bien hermosa dama,
me gusta compararte
con todas las cosas, emociones
o situaciones bellas.
Es así que para mí eres una rosa,
la más tierna, la más fragante,
que posee todos los colores,
que emanas el más enigmático
y delicioso perfume.
Puedo compararte con la sonrisa
de infinitos colores y eternos matices,
aquella que solo posee la inocencia
y la picardía de una hermosa niña
que camina descalza en la arena
húmeda de la playa.
Encuentro en ti los destellos
del brillo de mil estrellas,
la magia del lucero de mis
amadas madrugadas,
si te miro veo un cielo lleno
de un suspiro que te dedica
los labios de un ángel del corazón.
Dulce niña puedo comparar tu mirada
con esa imagen del horizonte
con la pintura que el soñador
dibuja en fantasías de aquel
punto donde el cielo y el mar
se hacen uno solo,
de ese maravilloso sitio
donde los ángeles bajan a purificarse.
Me atrevo a compararte
con la más bella nube,
blanca, pura, libre en la inmensidad,
suave como tus labios
suave como tu piel.
Y así podría estar comparándote
con todo aquello que me parece hermoso,
no me alcanzaría la vida para escribirte
lo bonito que haces mi día
al ver por las mañanas el cálido
y radiante sol de tu sonrisa.
Y sin embargo todo lo dicho es nada,
pues frente a ti, a tu lado todo
lo que te he contado se opaca,
son poca cosa, a tu lado son ¡Nada!
Describirte como guapa, bella,
hermosa, linda, bonita, preciosa,
encantadora, créeme no es suficiente,
pero te aclaro que no es por qué no lo seas,
pues eres todo eso y mucho más!
Pero para los ojos de mi alma
para los sentidos de mi corazón…
solo puedo describir tu linda carita
como la del más bello ángel.
Pues eso eres Tu para mi
El más bello ángel ¡Hecho Mujer!