Tus ojos brillan,
Tienen capturada al alba
Del mediterráneo.
Tu cara blanca
Con rosados dispersos,
Vuelve loco a mi intelecto.
No sé quién eres,
A quien quieres,
O donde vives.
Pero tu sonrisa,
Demuestra alegría,
Deja ver la paz de tu interior
Sin que tú se lo pidas.
Imagino que has sufrido por amor,
Alguien te pudo causar dolor,
Que ingrato ese ser que no aprovecho.
Tal vez tienes un amante,
Que placer te comparte,
Y vive en tu mente.
O simplemente no eres de nadie,
Eres dichosa con tus viajes,
Caminando por el mundo y sus calles.
Veo en tu rostro libertad,
Libertad de amar sin necesidad de hablar,
Se que te gusta volar, como el águila real.
Tal vez te conocí en otra vida,
Cuando eras más tranquila,
Y no caminabas tan de prisa.
O tal vez te conozca mañana,
Después de leer este poema,
Tan lleno de enigmas sin respuestas.
Eres la imagen de la mujer que soñé,
La mujer que sueño cuando sonrío,
Inundas de paisajes con tus ojos,
El mundo frío de mis pensamientos
Los conviertes en algo alegre,
Sin ni siquiera conocerte,
Iluminas las pesadillas cuando apareces.
No sé donde estés,
Con quien bailaras,
En este fin de semana más,
Donde toda la gente sale a pasear,
Salir del estrés,
Con una copa o un poco de vals.
La reina de mi inconsciente eres,
Con fotografías se alimenta mi mente,
Creando historias en el corazón
Que como loco brinca y llora,
Por no verte ni tenerte.
Quizá algún día podamos bailar,
Y tu bella sonrisa pueda apreciar.
Al son de una melodía
Que acelere nuestras vidas,
Bailando lento o de prisa,
Según como lo marque el ritmo.
El son de nuestros corazones
Que apenas y se reconocen
Se toquen con deleite
Palpiten muy fuerte
Hasta que nuestras bocas se besen.
No sé quién eres,
Me importa poco, la verdad
Solo quiero poder provocar,
Un poco de ansiedad,
En el arte de tu mirar,
Y con tenacidad
Algún día me puedas observar.
Como lo hacen mis ojos
Que no te dejan de imaginar.