Soneto Sáfico - Acento Yámbico
Medellín, septiembre 10/2016
Si nada somos, ¡no me importa nada!
sembrada llevo en mí, ¡terrible duda!
Mantiene el alma, ¡nquieta, seria y muda!
pendiendo ¡siempre al filo de la espada!
Acepto que la carne esté cansada
y busque en la mortaja ¡presta! ayuda,
volviendo al más allá, ¡quizá!, desnuda
después de haber rodado ya olvidada.
Se adueña de nosotros esta náusea
tejiendo en nuestra piel tatuaje feo,
matando a todo humano su deseo.
La bestia nos engulle con su fáucea
hedionda a muerte y hiel de frágil presa,
que sirve sin empacho en su cruel mesa.
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino