¿ Quién me ha dado este suelo y el momento
transitorio de un tiempo a la deriva?
¿ Quién fue el que dio a mi frente pensativa
la alegría, también el sufrimiento?
¿ Quién puso entre mis labios el acento
dolido, dándome un alma tan viva?
¿ Quién dictó esta existencia fugitiva?
¿ Quién trajo el dolor, que lo hizo tan lento?
¿ Y quién a mi existencia le da vuelta,
que el alma es en mi pecho alicortada?
¿ Quién a mí me sostiene, quién me suelta?
Soy un algo, soy cosa no desatada,
yendo por las veredas de la vida...
¿ Quién ató el cuerpo a cuerda tan ceñida?
(Salvador)