¡Perdóname señor, que te interpelo:
por tierra, mar y coordenadas todas,
en las flores que son de terciopelo
y en la biblia que canta bellas odas!
¡Te busco en el rosario del desvelo
en la yerba que piso y tú apodas,
en tus cruces…relámpagos del cielo
y en los címbalos regios de tus bodas!
¿Qué vándalo a mi vista tanto tapa
tu rostro?... ¡Ay! esconde tu estandarte
como juguete bajo su solapa!
¡No importa, te persigo y he de hallarte,
antes que cierre tu mansión, tu mapa…
antes de que mi pecho exhausto infarte!