En una taza de café,
el insomnio se ve
relegado y humillado,
manteniendo alerta
el espíritu a diario.
Ahí se pierden
chismes y charlas
de amigos que hace
tiempo no se hablan.
La inspiración de los
escritores, vaga por
su perfumado contenido
y si es oscuro y amargo
despierta sensaciones
ya olvidadas.
Vuelve adictos a
oficinistas y periodistas,
deja su marca donde
la pongas y si no la quitas
rápido esta jamás te
abandona...