Alberto Escobar

Rotación y Traslación

 

 

Llamo a la primera puerta que se me cruza en la escalera.

Me contesta una voz áspera que no son horas.

Asciendo al siguiente piso y repito, esta vez parece que 

la energía que se desprende desde detrás de la puerta

me acoge en su seno. Me abre la puerta, me pregunta que 

si sé lo que es la Noche, le contesto que sí, que es el lugar

donde hallan cobijo todos los pensamientos que han viajado

incesantes entre nuestras luces y nuestras sombras.

Me invita a sentarme al amor del fuego que se levanta en mi

presencia y me ofrece una taza de compañía, de compañía

inquisitiva, curiosa, sanadora...

Doy por concluida la visita casi a la hora en que el gallo anuncia

el renacimiento, el eterno retorno de lo mismo, el molino de

oración que permite el viaje al abismo.

Regreso a mi hogar a hacer balance, me siento en mi sillón de

lectura tratando de pulir cual espejo el libro que se me tercia en

mis rodillas.

 

Dios bendiga a la lectura... Es el único refugio que no juzga.