Giros oceánicos.
Tartamudean los atolones,
arrecifes en cimientes desnudas,
asoman como espantos los corales.
Cimarrones en camadas,
juegan al camino inexistente.
Como un soplo de otoño,
se pierde la blanquecina espuma
en la cúspide azul.
Picos hirientes aparecen violentos
como máquinas demoledoras.
Juega la vida al ritmo de los veleros,
que llegan a puerto y anclan inquietos.