El tiempo que siempre pasa, todo tan igual.
Y todo pasa, vida, muerte, amor, esperanza.
Nada ni nadie es eterno, todo tiene final,
la piedra, el polvo, el olor, la funesta lanza,
que hirió de muerte los días que no volverán,
días de amor y partida. Ilusión de regreso.
No todo es cosa ida siempre algo en mí quedará,
tu alma toda, cautivados en aromas de besos.
Tengo tus aromas todos, los tengo en las manos.
Impregnados en el alma y en el cuerpo entero.
Los tengo prisioneros cual Helena por troyanos,
entre sábanas de seda y así oler cuando quiero.
Y en los huecos de mi almohada así cuando duermo
te metes en mis sueños untado de fragancias.
Entonces mis sueños jamás serán suelo yermo,
ni desolado paisaje de inciertas distancias.
¡Oh! Tu dulce perfume! flota y en mí se repliega.
Los aromas no dicen adiós, en mí se quedarán
Y como personaje y actor conmigo jugarán
se meterán en mi piel y conmigo se aliarán.
Aromas andarinas que saltan y aletean.
Aguzo mi memoria y en ella tú habitas.
Aromas juguetonas que en rondas me rodean,
me llevan a tus tardes mansas y exquisitas.
Me llenan todo de ti, de balsámica calma.
Nutren mis sueños, primaveras y cielo azul,
son mi alimento y líquido que humedece el alma.
Son mis oscuros vacíos y mis sueños de tul.
Cuando tus aromas partan desierta quedaré
y yo no quiero vivir solitaria y oscura.
Como todo en la vida se va, yo que diré…
Nada, partirán como una sombra blanca y pura.
Diré, que como todo suceso de la vida
ellos volverán susurrantes tras una brisa,
mansitos como halo de destellos en cuita
volverán a irisar mi existencia de sonrisas.
Nelly h
12/09/16