Para esconderme
me refugio en mi sombra
como bestia atrapada
busco albergue
huyéndome.
Y en esa patética soledad,
nuestras miradas se contemplan.
El tiempo se detiene,
¡se le olvida al corazón latir!
Harta de sus dolores,
de sus penas, de sus secretos.
en plenitud de luna llena
me abandona.
Se escapa sonriente
llena de olvidos
de libertad
creando recuerdos
alimentándose.
Walberto Díaz
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