Todos juntos pusieron
el gran grito de hambre,
¿dónde, dónde?,
en el infinito cielo...
¡Queremos pan!
¡Agua
quisiéramos!
Todos juntitos gritaron
un... ¡tenemos hambre!,
¿con los brazos en jarra?,
no, con los brazos abiertos,
con los brazos en cruz,
gritando...
¡Estómago tenemos!
¡Quisiésemos
comer!
Al tiempo, del mismísimo cielo,
vino una voz ronca,
acompañada
de un coro de dulces voces
angelicales,
que decía...
¡En agosto
cerramos
por vacaciones!
La voz, después de
bostezar ampliamente,
prosigue...
¡Las plegarias, si eso,
ya, para septiembre!
--o--
(...yo que estaba tan feliz
tumbado
en mi nube preferida
de algodón y regaliz,
así dormidito...
soñando con los
angelitos...
soñando, soñando...)