¡Un árbol me besó cual besa el hada a un niño
se durmieron mis ojos al mecerse la flora,
las ramas fueron manos, formaron mi corpiño
y emplumé sin plumaje…fui perdiz voladora…!
¡Sentí el imán del éxtasis al ver un mundo armiño
de personas sensibles con sonrisa de aurora
hablando de hermandad rebosos de cariño,
cuán brillaba en la frente la llama salvadora!
¡Quisiera despertar en medio del embrujo
por saber si es verdad el panal de la vida,
burbujean mis párpados, con mis dedos estrujo!
¡Cómo siento el temor de la triste caída,
prefiero más los soplos del roble aquel tan brujo,
y viajar en sus cuentos de la maja dormida…!