Esteban Mario Couceyro

Despedida

La mirada, contra la mirada y dos bocas calladas

tomados de las manos, los enamorados

en una calle cualquiera

donde la noche gana en sombras.

 

Ella apenas mujer, con ojos de mar

trataba sin palabras, retener la vida

mientras

su amante dice irse a buscar destino

escapando a la muerte del no hacer.

 

Él, ya hombre sin presente

rasga el alma en dos

para dejarle algo

en ese beso que termina en llanto.

 

Al amanecer habrá partido

más allá del mar

se habrá ido por fortuna

demasiado lejos

donde no estarán los dos.

 

 

En esa calle oscura

todo los ignora

solos, temen separarse

y el abrazo es amar.